Tal y como informa The Clinic, la subsecretaria de Salud Pública de Chile, Andrea Albagli, hizo el esperado anuncio de que a partir del 31 de agosto, Chile dejará de renovar la alerta sanitaria por COVID-19. Esta medida, que ha estado en vigor durante más de tres años desde la llegada del virus al país, ha sido extendida en el pasado debido a la prevalencia de otras enfermedades, como la gripe aviar y los virus respiratorios de invierno que afectan especialmente a los niños pequeños.
A pesar de un leve aumento en la circulación viral en los últimos días, Albagli mencionó que las condiciones actuales no justifican una prórroga de la alerta sanitaria. «El escenario actual indica que efectivamente se va a terminar la alerta sanitaria. No va a haber una renovación», afirmó la autoridad en una entrevista con Radio ADN.
Esta medida ha sido parte de una serie de restricciones que han estado en vigor durante 1.301 días, incluyendo el uso obligatorio de mascarillas, que hasta ahora se aplicaba solo en recintos de salud y establecimientos educacionales.
El fin de la alerta sanitaria: Implicaciones y cambios
Con el fin de la alerta sanitaria, que otorgaba facultades para tomar medidas extraordinarias y rápidas provisiones de recursos, se espera que el uso obligatorio de mascarillas deje de ser una obligación en establecimientos educacionales y recintos de salud. Esto marca un cambio significativo después de más de tres años de restricciones.
La medida, que fue anunciada inicialmente por el exministro de Salud, Jaime Mañalich, se implementó para hacer frente a la crisis generada por la pandemia de COVID-19. A lo largo de su vigencia, se estableció el teletrabajo como derecho en el sector público y privado, siempre que la naturaleza de las funciones lo permitiera y no implicara una disminución de las remuneraciones.
Además del teletrabajo, se implementaron otras medidas de protección para los trabajadores, como el acceso a permisos cuando la salud de un niño menor de un año requería atención en el hogar debido a una enfermedad grave, y las mujeres embarazadas tenían derecho a la modalidad de teletrabajo o trabajo a distancia.
Así como recoge 24horas, la actual ministra de Salud, Ximena Aguilera, explicó que se llegó a contratar a honorarios a 32 mil profesionales no médicos y técnicos para enfrentar la emergencia durante la pandemia. Ahora, se buscará reasignar a 6.070 de estos profesionales, ya que no pueden suspenderse sus funciones, mientras que los otros 6 mil deberán desvincularse.
Con el fin de la alerta sanitaria, se espera que el uso de mascarillas pase de ser obligatorio a ser una recomendación. En cuanto al teletrabajo, dependerá de la decisión de cada empleador o empresa. Este cambio marca un nuevo capítulo en la lucha contra la pandemia en Chile, con desafíos y ajustes por venir.
El fin de la alerta sanitaria marca una nueva fase en la respuesta de Chile a la pandemia. Aunque se espera que esto lleve a una mayor flexibilidad en las restricciones, la sociedad enfrentará el desafío de adaptarse a este cambio. Las autoridades sanitarias, por su parte, tendrán que mantener una vigilancia constante sobre la evolución de la situación epidemiológica y estar preparadas para ajustar las medidas según sea necesario.
El uso de mascarillas, que se ha convertido en una práctica común durante la pandemia, podría seguir siendo parte de la vida cotidiana como una medida de precaución. Sin embargo, la transición hacia un enfoque más flexible abre la puerta a una mayor responsabilidad individual en la toma de decisiones sobre la protección contra el virus.
Y aquí termina nuestro artículo. El fin de la alerta sanitaria representa un hito significativo, pero también plantea interrogantes sobre cómo Chile gestionará la transición a una nueva fase en la lucha contra el COVID-19 y qué medidas se mantendrán en el futuro. La sociedad, junto con las autoridades, está llamada a enfrentar estos desafíos con responsabilidad y precaución.
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