Hoy se conmemoran tres años desde que el Ministerio de Salud de Chile confirmó el primer caso de COVID-19 en el país. El 3 de marzo de 2020, un médico de San Javier, en la Región del Maule, que había viajado por el Sudeste Asiático, regresó al país el 25 de febrero y comenzó a presentar síntomas el 1 de marzo. Tal y como informa El Dínamo, dos días después, el Hospital de Talca confirmó su contagio, marcando el inicio de una lucha prolongada contra la pandemia.
Las autoridades chilenas respondieron de manera contundente, implementando medidas como cuarentenas, uso obligatorio de mascarillas, controles sanitarios, permisos de circulación y cierre de fronteras. Estas acciones fueron cruciales para contener la propagación del virus y proteger a la población.
En diciembre de 2020, Chile recibió su primer lote de vacunas contra el COVID-19, marcando un hito en la estrategia para mitigar los efectos del virus. La vacunación ha tenido un impacto significativo en la reducción de hospitalizaciones y casos graves, contribuyendo a cambiar la dinámica de la pandemia.
A tres años de la llegada del COVID-19, las cifras revelan la magnitud del impacto en Chile. Según datos recientes que recoge 24horas, más de 5 millones de personas se han contagiado, y de ellas, más de 5 millones han superado la enfermedad. Trágicamente, se han registrado 64,210 fallecimientos atribuibles al virus.
En el ámbito de la prevención y el control, se han realizado más de 48 millones de exámenes PCR y test de antígenos, destacando la importancia de la detección temprana y el rastreo de casos.
La vacunación ha sido una herramienta fundamental en la lucha contra el virus. Hasta la fecha, se han administrado más de 27 millones de dosis de refuerzo a la población mayor de 3 años, y más de 2 millones de dosis de la vacuna Bivalente.
Es crucial destacar el esfuerzo y la colaboración de la sociedad chilena en esta batalla prolongada. A pesar de los desafíos, el país ha demostrado resiliencia y capacidad de adaptación.
A medida que se conmemoran estos tres años, es una oportunidad para reflexionar sobre los logros, aprender de las lecciones y mirar hacia el futuro con un enfoque continuo en la prevención, la preparación y la colaboración. La pandemia ha dejado una marca indeleble en la historia de Chile, y el camino hacia la recuperación sigue siendo un esfuerzo colectivo.
La evolución del COVID-19 en Chile ha experimentado diversas etapas, desde el inicio de la primera ola a fines de abril de 2020 hasta la tercera ola en los primeros meses de 2022, marcada por la presencia de la variante Ómicron. Estos periodos han significado momentos de intensidad en la propagación del virus, con picos notables de casos, como el registrado el 11 de febrero de 2022 con 38,446 nuevos contagios.
A pesar de estos desafíos, la respuesta de la sociedad chilena ha sido resiliente. La implementación de estrategias como el distanciamiento social, el uso de tecnología para la educación a distancia y el enfoque en la vacunación han contribuido a contener la enfermedad y proteger a la población. Sin embargo, este aniversario también destaca la importancia de mantener la vigilancia y la adaptabilidad en medio de la incertidumbre, reconociendo que la pandemia sigue presente y evolucionando.
En este tercer año, la vacunación continúa siendo una prioridad, con un sólido 94.3% de la población objetivo de 18 años y más que ha completado su esquema de vacunación. A medida que Chile avanza en su estrategia de refuerzos y expande la cobertura de la vacuna Bivalente, se espera seguir fortaleciendo las defensas contra el virus y prepararse para cualquier eventualidad. La lección aprendida durante estos tres años es clara: la colaboración, la ciencia y la resiliencia son fundamentales para superar las adversidades, y son pilares esenciales para construir un futuro más saludable y seguro.
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